http://www.freebibleimages.org/photos/lumo-widow-mite/
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Reading I: 1 Kings 17:10-16
Psalm: 146
Reading II: Hebrews 9: 24-28
Gospel: Mark 12: 38-44
Recovering from a minor foot surgery this week, I had the time to look at Facebook which I only get to do occasionally. There, in a post from my friend, Michele Ann, was a cartoon showing Winnie the Pooh and Mickey Mouse. Winnie was asking for some money. Mickey explores his pockets to see what he has. After Mickey gives Winnie the gift, they both have big smiles on their faces. The caption is: “Your greatness is not what you have, but what you give.”
The theme in all the Mass readings today is the virtue of generosity. In the first reading, we meet the prophet Elijah who asks a poor widow for food and drink. All she has is a little oil and flour left to feed herself and her son. After that is gone, she expects that they will starve to death. Nevertheless, at his request, she makes a cake for the prophet who tells her that God will not allow the jug of oil and the jar of flour to go empty until the drought is over.
The second reading reminds us of the total gift of self of our Lord and Savior when He freely embraces the suffering of the Passion in order to redeem us. Even though He realizes that some will not appreciate His sacrifice, He still generously offers Himself for the salvation of all.
In the Gospel, Jesus points out the poor widow placing a mite (a very small coin) in the temple treasury. It is her generous spirit that the Lord praises rather than the amount she is contributing. As a widow in the times of Jesus, unless she has a son to support her, she is dependent on the charity of others since women did not work outside the home. It took not only generosity, but also a great risk that she would have enough resources to provide her basic needs and those of her son.
The more I reflect on the virtue of generosity, the more I recognize the presence
of other virtues that accompany it. For example, courage, trust, are needed to
be able to be generous. Then, I realize that there is a need for strong motivation
to be generous. Love is the strong motivator. It all reflects back to the greatest
commandment to love God, our neighbor and ourselves. Let us ask the Lord to fill our weak hearts with the strength of His Love.
Reflection Question: Even a small sacrifice given in love is pleasing to the Lord. What do you think He would like from you this week?
Spanish Translation of Reflection Above...
El Acaro de la Viuda
Al recuperarme de una cirugía menor en el pie esta semana, tuve el tiempo de mirar Facebook, lo cual solo hago ocasionalmente. Allí, en una publicación de mi amiga, Michele Ann, había una caricatura de Winnie the Pooh y Mickey Mouse. Winnie estaba pidiendo algo de dinero. Mickey explora sus bolsillos para ver lo que tiene. Después de que Mickey le da a Winnie el regalo, ambos tienen grandes sonrisas en sus caras. El título es: “Tu grandeza no es lo que tienes, sino lo
que das”.
El tema en todas las lecturas de la Misa de hoy es la virtud de la generosidad. En la primera lectura, nos encontramos con el profeta Elías, que pide comida y bebida a una viuda pobre. Todo lo que ella tiene es un poco de aceite y harina para alimentarse a sí misma y a su hijo. Después de que se haya ido, ella espera que se mueran de hambre. Sin embargo, a petición suya, hace un pastel para el profeta que le dice que Dios no permitirá que la jarra de aceite y el tarro de harina se vacíen hasta que la sequía haya terminado.
La segunda lectura nos recuerda el don total de nuestro Señor y Salvador cuando Él abraza libremente el sufrimiento de la Pasión para redimirnos. Aunque se da cuenta de que algunos no apreciarán su sacrificio, se ofrece a sí mismo con generosidad para la salvación de todos.
En el Evangelio, Jesús señala a la pobre viuda que coloca un ácaro (una moneda muy pequeña) en el tesoro del templo. Es su espíritu generoso el que el Señor elogia en lugar de la cantidad que está contribuyendo. Como viuda en los tiempos de Jesús, a menos que tenga un hijo que la apoye, depende de la caridad de los demás, ya que las mujeres no trabajaban fuera del hogar. Tomó no solo la generosidad, sino también el gran riesgo de que ella tuviera los recursos suficientes para satisfacer sus necesidades básicas y las de su hijo.
Cuanto más reflexiono sobre la virtud de la generosidad, más reconozco la presencia de otras virtudes que la acompañan. Por ejemplo, se necesita coraje, confianza, para poder ser generosos. Entonces, me doy cuenta de que hay una fuerte motivación para ser generoso. El amor es el motivador fuerte. Todo se refleja en el gran mandamiento de amar a Dios, a nuestro prójimo ya nosotros mismos. Pidámosle al Señor que llene nuestros débiles corazones con la fuerza de
Su Amor.
Pregunta de reflexión: Incluso un pequeño sacrificio dado en amor es agradable al Señor. ¿Qué crees que le gustaría de ti esta semana?
que das”.
El tema en todas las lecturas de la Misa de hoy es la virtud de la generosidad. En la primera lectura, nos encontramos con el profeta Elías, que pide comida y bebida a una viuda pobre. Todo lo que ella tiene es un poco de aceite y harina para alimentarse a sí misma y a su hijo. Después de que se haya ido, ella espera que se mueran de hambre. Sin embargo, a petición suya, hace un pastel para el profeta que le dice que Dios no permitirá que la jarra de aceite y el tarro de harina se vacíen hasta que la sequía haya terminado.
La segunda lectura nos recuerda el don total de nuestro Señor y Salvador cuando Él abraza libremente el sufrimiento de la Pasión para redimirnos. Aunque se da cuenta de que algunos no apreciarán su sacrificio, se ofrece a sí mismo con generosidad para la salvación de todos.
En el Evangelio, Jesús señala a la pobre viuda que coloca un ácaro (una moneda muy pequeña) en el tesoro del templo. Es su espíritu generoso el que el Señor elogia en lugar de la cantidad que está contribuyendo. Como viuda en los tiempos de Jesús, a menos que tenga un hijo que la apoye, depende de la caridad de los demás, ya que las mujeres no trabajaban fuera del hogar. Tomó no solo la generosidad, sino también el gran riesgo de que ella tuviera los recursos suficientes para satisfacer sus necesidades básicas y las de su hijo.
Cuanto más reflexiono sobre la virtud de la generosidad, más reconozco la presencia de otras virtudes que la acompañan. Por ejemplo, se necesita coraje, confianza, para poder ser generosos. Entonces, me doy cuenta de que hay una fuerte motivación para ser generoso. El amor es el motivador fuerte. Todo se refleja en el gran mandamiento de amar a Dios, a nuestro prójimo ya nosotros mismos. Pidámosle al Señor que llene nuestros débiles corazones con la fuerza de
Su Amor.
Pregunta de reflexión: Incluso un pequeño sacrificio dado en amor es agradable al Señor. ¿Qué crees que le gustaría de ti esta semana?
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